Lunes, 30 de Octubre de 2006

Primero los canarios, después ya veremos

Adrián Rodríguez

Así gritaban, así, así. Primero los canarios, luego los demás; no en mi espacio vital; no cabemos más. Éstas fueron algunas de las consignas tarareadas por los 2.000 manifestantes, según la Policía Nacional, pro Ley de Residencia de ayer domingo en Santa Cruz de Tenerife. Eso sí, después cantaron contra el racismo y la xenofobia.

Es posible que muchos de los asistentes consideren en su fuero interno que no son xenófobos. Sin embargo, el cántico “primero los canarios, luego los demás” lo que es cantar, canta. Canta y mucho, vamos, y viene a decir a las claras que actualmente hay ciudadanos y ciudadanos. Los que nacieron aquí en su día, entre los que hay algunos que estiman que deben tener derecho de pernada, y los que vinieron en su día, porque los llamaron, porque los necesitaron, que o bien se amoldan a nosotros, canarios auténticos, o bien lo van a pasar, si por ellos fuera, algo chungo.

Da miedo el empleo del término espacio vital. Hitler lo utilizó en su día y constituyó la clave, el intento de consecución de más espacio vital, para que murieran 50 millones de personas en la II Guerra Mundial. Hitler también pensaba que lo primero eran los ciudadanos de Alemania y luego los demás, según qué otros, ciertamente, porque si portabas sangre judía el tío te mandaba a freír a los crematorios.

Por ahora, sólo el PSC y Nueva Canarias han reaccionado al intento de poner gasolina en el incipiente fuego que gira alrededor de lo que tiene que ver con inmigración. Echo de menos a mi Gobierno canario pronunciándose al respecto.

¿Será que esperan una confirmación de las cifras? La Policía cifró el seguimiento de la manifestación en 2.000 almas. El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en 8.500. Y la organización en 20.000. Pequeñas diferencias que marcan la distancia entre la condena de este tipo de actos o la condescendencia, como que no va contigo. Para preocuparse un poco más todavía.